domingo, 1 de febrero de 2009

LA EDUCACIÓN DE ROSA II

Un año después

Había pasado más de un año desde que Jorge y Efrén tuvieron la conversación sobre Rosa. Jorge siguió frecuentando el restaurante donde atendía Efrén, pero no volvieron a hablar sobre ese tema.

Un buen día, Efrén llamó al móvil de Jorge y le dijo:

E.- “Jorge, ¿a que no sabes quien viene a Madrid?. Resulta que me ha llamado mi padre y viene con su mujer y la niñata de Rosa, mi hermanastra. A lo mejor tengo la ocasión de pedirte el favor de que cumplas el ofrecimiento que me hiciste con respecto a ponerle su trasero como un tomate”.

J.- “Si viene con tu padre y su mujer será difícil”.

E.- “Pues no creas. Para ahorrarse la habitación de hotel de Rosa, mi padre me pidió si ella podría quedarse en mi casa y accedí. Además, mi padre se va a ir con mi madrastra a París unos días y Rosa se queda conmigo”.

J.- “¡Magnifico!. Llámame con antelación para organizarlo”, respondió Jorge pensando que Efrén estaba bromeando y que nunca se iba a atrever a ser su cómplice para la sesión con Rosa.

Pasadas tres semanas, Jorge fue a comer un domingo al restaurante donde atendía Efrén. De repente aparecieron también a verlo su padre, la mujer de este y Rosa. Efrén se los presentó a Jorge. Con 17 años, Rosa era una chica guapísima. Delgada, y con cara todavía aniñada, era rubita y tenía unos ojos azules preciosos. Ibavestida en ese momento con un pantalón vaquero ajustado y un top de tirantes color rosa. Todo apuntaba, no obstante, a que tenía todavía una mentalidad infantil y poca experiencia, aunque se notaba que alguna sí, con los hombres. Rosa se ruborizó cuando Jorge le besó en las mejillas en el momento en que su hermanastro les presentó.

J.- “Efrén me ha hablado mucho de ustedes y también de ti, Rosa”; dijo Jorge fijando la mirada en Rosa.

Esa misma tarde Jorge recibió una llamada de Efrén:

E.- “Hola Jorge. Tenemos suerte. Mi padre y su mujer van a irse a París el próximo viernes por la tarde y no vuelven hasta el martes siguiente. Yo puedo cambiar mi día libre para el sábado y llevar a Rosa a tu casa a la hora que me digas. Una vez que la deje contigo, yo me iré al cine, ya que he quedado con unos amigos. Por la noche podemos quedar para cenar Rosa, tu y yo. Así podré comprobar si tu idea ha dado resultado y mi hermanita ha cambiado su actitud con respecto a mi”.

J.- “No es que me importe mucho, pero ¿no tienes miedo de que se lo cuente a tu padre o trate de denunciarnos ante la Policía?”.

E.- “No lo creo. Como te conté, Rosa está en mi casa porque así mi padre no tenía que pagar otra habitación de hotel. Pues bien, ayer le descubrí en su habitación masturbándose mientras miraba la foto de un chico chileno que al parecer le gusta y que quiere salir con ella. Me rogó que no le contase nada a nuestro padre, y yo le dije que a cambio de mi silencio el fin de semana próximo iba también a tener que guardar ella silencio sobre algo que no le iba a gustar. Claro que no se imagina la pobre sobre qué va a tener que guardar silencio”.

Ante las palabras de Efrén, Jorge soltó una carcajada.

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